Más allá de ...

Catarata de emociones,
cataratas, agua que corre,
siempre en abundancia.
Y me deslizo sobre ella,
me lleva su corriente
y aunque no sepa nadar,
me sabe llevar.
Descubro un mundo profundo,
más allá de las aguas,
ese mundo que exploró
el gran Nemo y me veo
y exploro lo intenso,
intensa lo hago.
Aprieto las manos,
los dientes,
el cuerpo y solamente
maravillas veo.
Me monto a la imaginación,
se viene salvaje
e intento domarla,
llenarla de accesorios.
Un árbol acá,
otro por allá,
una lago azul,
el de los cisnes,
ese quería,
y se llenó de patos
y gallaretas.
¡Error, error!
Que la imaginación
venga salvaje,
como se le cante
y uno solamente
debe montarse en ella
sin preocuparse.
Cierro los ojo,
suave, muy suave,
y pasan colores entrelazados
como cintas anchas.
El rojo pasa sobre el azul,
y el verde se mete
dentro del amarillo,
al violeta le gusta jugar
con el fucsia y se mimetizan,
no se saben distintos,
se sienten uno.
El amarillo intenta
abrazar al rojo, al azul,
al fucsia y al violeta
y entonces,
viene el negro
a apagar la intensidad del resto,
pero el blanco es más fuerte
y los ilumina a todos
y se mete en el negro,
negro que se parece a un gris tenue.
Lo imagino,
con los ojos cerrados
me hace eso.
Entonces extiendo la mano
que se transforma
en una cuchara de madera
y mezclo colores.
Arco iris raro.
Miro sobre el hombro
que es solamente una palabra
en ese mundo y otra vez,
esa catarata,
la misma corriente, no, no.
Es más intensa,
me llama,
me ve.
Tiene una mirada intensa,
siempre hacia mis ojos,
no deja de mirarme,
no es una catarata.
Tiene nombre,
cuerpo, respira,
se siente,
lo siento en mi oído,
en mi cuerpo que no excite
¿dónde estoy?
Ese no es mi mundo,
este no es mi mundo,
¿dónde estoy?
En lo nuevo.



de Vanina Vera
Edad: 29 años
Origen: Buenos Aires, Argentina