Welcome, dear…

Formas en moldes individuales se fabrican
en las líneas de producción,
acontecer mundano ralea el destino en incesante repetición.
La historia es mutada en permanente discusión,
el telescopio del culo hace nuevos descubrimientos,
el pasado vuelve a cambiar y nuestro jardín marchito florece
o nuestro jardín florido marchita.
Viajantes de la vida con valijas inyectables
transitamos los túneles de futuro a plazo fijo.
Escapar de la jaula acolchonada en cultura diurética
posibilidad escueta gritada en silencio culposo.
Metáforas sin manija moldeadas en instituciones,
encierro recurrente del no sabe no contesta.
La impronta eficiente nos mimetizó clientes,
nuestros pies agriando nuestro vino.
Tribunales abstractos objetivan nuestros poros
y el comité de ética asume la presidencia de nuestra imaginación,
verdad concretamente inapelable: consumo luego existo.




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¿Qué onda?

Yacer bajo tu resistencia llenó de sentido mi vida,
las curvas precisas se deslizaban entre mis manos jadeantes.
Sabores irreverentes entre canciones de protesta,
cálidos refugios de panteón e inmortalidad.
Cicatrices mentirosas se ciernen sobre la pululante herida,
la sangre más espesa gotea sobre tu recuerdo.
Sucesión irreductible, tiempo sin tiempos
aplastando proyecciones.
En la fórmula se filtró la posesión
anulando los efectos de la libertad.
Contención de cemento, abrazo preciso e inseguro,
los vuelos perdieron altura y comenzamos a rasparnos el pecho.
La distancia, atropellando sensaciones, divide mis anhelos,
será regreso la experiencia
u olvido en la inconciencia.
Orgullo: a tus pies me rindo majestad,
podés filtrarte silencioso hasta en los más íntimos poros,
venda que oculta ceguera,
erosión de roca fingiendo ser arena.
Despacio, silenciosamente esculpiste la ilusión,
mentías en la realidad y te agotaste en la pretensión.




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¿ Sabía usted joven ?

Murga

- La verdad sub-cutánea impactó contra la mentira impostora,
aparición macabra por cadena nacional, trinidad agua-tierra-aire.

- Somos progreso en la libertad, libertad privada, libertad del progreso.
Fácil: conclusiones de ahora en más, prohibidas sin enchufe y hemoglobina.
Unidad de los trabajadores al extremo: apilados sin la molesta presencia de la identidad.
Digamos esto, estopa, Esto, Estopa. No negarán el ahorro, saltó la térmica dos veces en un mes.
Préstenme unos mangos muchachos, ustedes los que están al fondo.
¿ Qué más garantía quieren ? La hoz aprendió a trascender,
corta hoy y duele hoy. Corta hoy y duele mañana.

- Con el cráneo de Menéndez haremos un cenicero
para que apaguen los puchos todos nuestros compañeros.

- Visión gastada de sueños pinchados, el culo que sangra no es mi culo.
Gasten pasión en cánticos absurdos marionetas des-sesadas,
aplaudan con las dos manos, títeres mancos.
El verde desfila apagando policromías, metal por metálico, bronce por vacaciones.
No los escucho más, entonces: Que venga el control. Que venga ya.
Ábrale la puerta sub-sub, está al norte al fondo a la derecha arriba, tiene una estampita.
El fuelle se quedó sin aire Mc, al igual que los bombos y los tambores.
Caminemos por la limpia estación, pase el dedo por la cabeza de cualquier transeúnte,
pulcro es pulcro y entre nos: pulcro es sepulcro. Shhh.

- Y con los dientes que sobren haremos una mesada
para que coman los pibes de la patria liberada.

- Son gritos que la derrota profiere en sus últimos estertores,
no se preocupe Mc, ahora les llenamos de agua los pulmones.
Mangueras poderosas empuñen alguaciles. Fuego! Mejor dicho: - Agua!
Vea como se sacuden esas barbas, vea como se deforman esas tetas,
es un placer realmente ver estrellarse contra la pared los sueños sonoros,
convirtiéndose en pesadillas mudas. Ahora no va a dudar en darme el crédito.
Hemos seguido al pie de la letra el manual, los videos y las ilustraciones,
en cada casa de nuestra fuerza hay colgado un maniquí plagado de cruces e ítems.
Gracias, veo que los esfuerzos son recompensados. Que rico olor a verde falcon.
Adoro el silencio pesado y plagado, que bella época señores, salva de artillería.

- Con los huesos de Massera haremos una escalera
para que baje del cielo nuestra Evita montonera.

- Agua! Fuego! Corriente! Silencio!
El orden es silencioso, a callar muertos incompletos, fallutos.
Silencio versión menor de ánimas, están muertos..
Sub Sub diga a todo el mundo que el sur es nuestro por completo,
a recuperar el sur carajo! Mande a estos espíritus que siguen cantando,
mande a todos los que abrigan la esperanza de cantar y bailar.
Nos vamos a ir cuando las semillas de todas las flores se hielen.
En las islas habrá un silencio tan grande que acá lo disfrutaremos.
Mc ya sé que es una fucking boludez, prestame un poco de verdez.

- Somos de la gloriosa juventud argentina, la que hizo el cordobazo,
la que peleó en Malvinas.

- A callar subversivos hijos de puta, a callar.
( Todos y todas rodean al hombre de verde oliva, los tambores empiezan a sonar cada vez más fuerte, las voces se alzan invictas ante el grito derrotado del hombre trilógico, girando sin parar, alegres y joviales, desde atrás y desde arriba vuelan colores brillantes, el hombre verde oliva acepta la derrota en apariencia y se sienta a un costado con una calculadora en la mano).

- Uno más uno dos, dos más dos cuatro, enamorarse de un coronel: no tiene precio!!




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Divisiones o no tanto

( 1º de Mayo)

Las manchas circunstancialmente poseen formas finitas,
la velocidad de los giros atenta contra la lucidez.
Seremos presente alguna vez, la transpiración en los ojos es una pista.
El altar exhibe majestuoso la última adquisición,
mientras ocultás en las cárceles las consecuencias de tu hediondez.
El derrame no funciona, no podemos siquiera salpicar de sangre tu muro.
Un número hecho de rayitas, dignidad para unos pocos,
mentiras crueles juguetean las conciencias desde tu maquinaria.
Chicago espesó sus aguas, el ejemplo recorre el mundo,
el día del trabajador recordando la tragedia de querer ser
en el no ser de la violencia.
Los ojos recorren la inmensidad y abajo, en el fondo, se distinguen algunas migas,
vuela el águila presurosa y se las come, pero crea una plaza hermosa
en homenaje y por el grato recuerdo de las migas heroicas.
Estatua ejemplo de las implicancias por pretender salirse de la tira,
todos los años desfilan las varillas de pan en perfecto orden
y el águila lagrimea de felicidad.
Nos llenaron de incertidumbre las esperanzas para instalar la novedad:
la certidumbre es material, basta de pelear la originalidad.
Recordemos las migas que de a miles fueron masacradas,
seamos migas trascendiendo el tiempo,
no rescatemos del olvido el ejemplo impostor y represivo
sino la real ilusión de ser pan siendo
agua, harina, levadura, manos, sexualidades, credos, diversidad, potencia...




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Respiro

no logra convencerme tu diseño,
los trazos amputan secciones de espíritu.
testigo apático de amanecer en soledad,
las decisiones me trascienden. quiero respirar.
la humedad de tu lengua amarga mi acontecer
dedos insatisfechos se aferran a la sábana
tras la inútil búsqueda, ya no estás.
oh tiempo inefable suturá las heridas
que invaden mi futuro:
sustracciones sin escrúpulos,
egoísmos por hora,
seguimos compitiendo
y la oscuridad golpea la puerta con un chumbo.

Perfume de alcohol
midiendo el caos
sentires pusilánimes
en busca de ofertas
un culo al norte
Y otro al sur
el magnetismo soretil
provoca choques de neuronas
no te pensés diferente
sólo te pescaron con otra red
nos sellaron los propietarios.
¿ libre albedrío? nike o adidas
original es el diseño
original una alfombra con rombos
cánticos ausentes de pasión
unámonos en la pretensión
que nos vuelva a hacer creer
que todavía estamos vivos.



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Espejos spejos pejos

Me veo repetición, tiemblo un temblor difuso.
Rostros conocidos acuden al ensamble,
precoces estímulos fluyen del brillo deshonesto.
Debemos ser distancia de abismos medida en sangre.
El orden manifiesta posiciones irreversibles,
métodos y fórmulas reemplazan las aguas servidas.
Pasos furiosos de botas recién lustradas
estampan las huellas del progreso en el rostro de los niños.
Amontonados los sueños, rotulados de fracaso,
van empujando despacio la envoltura fantasiosa, desde adentro,
el moño caerá, el papel cederá
y al fin seremos sin ningún quizás.




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Memoria de la memoria

Vuelvan proyecciones de mi ser,
que la escondida gritó piedra libre.
No intenten escapar fantasías ilusas,
el camino está lleno de señales.
La rueda de la batata nos llueve mañana,
las arrugas estrelladas prolongan la noche
en vacaciones de verano.
Pasará, pasará y ni el último se quedará,
que graciosa la muerte cuando es imposible.



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Apariencias

Las huellas carecen de profundidad,
nos persiguen eternamente
desde sus trazos rigurosos.
Las condenas siguen infectadas
por fórmulas precisas,
verte es conocerte.
Narcisos brotan a raudales del ADN universal,
cada sensación se ensaya y todo es una mueca.
Ridícula sinceridad, mejor hagamos de cuenta.
Opresión, explotación, desesperación,
sensaciones ajadas de norte a sur,
la autoayuda de psicofármacos te dará la respuesta.
Artesanías del cosmos infinito en cajas de 24,
en cambio cintura de mujer, esencias de flor: sueños imposibles.
Déjame beber de tu espíritu mariposa mágica,
contame el secreto de tu almohada,
cubrime con tu piel irrepetible,
dejemos a ellos sus sueños precisos.
Vida construida, construcción particular,
invitame suavemente a existir en un mundo verdadero.



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UNA VISITA FUGAZ

El barrio está radicalmente cambiado. Ahora hay asfalto, luces de mercurio, todas las casas son de ladrillo y material y casi no se ven perros en la calle. Aún así no sé si es mejor ahora que antes. Las calles de tierra con incrustaciones de cascotes y antiquísimos huesos de puchero que jamás sabremos quién los peló con tanta conciencia, los árboles de paraíso desordenadamente plantados en las franjas de pasto que había entre las veredas inexistentes y las zanjas cubiertas de yuyos; todo eso tenía su encanto. Tengo la inocultable sensación de que los colores de todas las cosas que hoy veo a mi alrededor son opacos, comparados con las imágenes luminosas que guardo en mi recuerdo de hace veinte años. Hasta el olor del aire del que fue mi barrio de la niñez era más intenso, más vivo, más profundo que este.
Estaciono el auto frente a ese extraño enrejado de color negro. Antes de bajarme tomo un poco de oxígeno y de coraje. La casa es un chalet de interminables techos de tejas azules, plantado orondamente en medio de lo que antaño era el patio y la huerta que yo recuerdo con asombrosa nitidez. Un esmerado parque de césped uniforme como el de una cancha de golf suplanta a los canteros con flores que habían adelante, cerca del alambrado endeble que estaba donde ahora están esas rejas tan inexpugnables. Me aliso la corbata y me fijo que el traje continúe perfectamente planchado. Con las manos transpiradas por las ansias toco el timbre de esa casa desconocida, actualmente ubicada conde yo vivía hace veinte años. Dos semanas atrás hice los arreglos por teléfono con la dueña para que me permitiera visitar el lugar. No sé bien por qué tuve ese arranque de melancolía. Volver al barrio me costó más de una hora de viaje en auto por la autopista, y poco me faltó para salir corriendo antes de que ella abriera la puerta. Ahí está; me atiende amablemente, agradece las flores que antepuse entre nosotros y me invita a pasar. Oigo lo que ella dice como quien escucha llover y casi la obligo a atravesar su hermosa casa hasta la puerta trasera. Otro enorme parque de césped perfecto. Veo una pileta azul donde estaban los limoneros, que en realidad eran mis torres de vigilancia o mis refugios en las siestas silenciosas e inmutables. Un paredón gigantesco, blanco, delimita el terreno en la parte de atrás con los gallineros de Don Paco, aunque dudo que todavía existan esos gallineros, ni Don Paco. Mis zapatos dan unos pasos vacilantes ahí donde antes había pisado con desgastadas zapatillas de lona “Flecha”. Ya no hay indicios que delaten mi pequeña casa de la infancia, pero solamente me hace falta cerrar los ojos para que se materialice allí mismo, en ese parque sin gusto a nada. La minúscula casa desgarbada, mitad ladrillos mitad madera, con su borroneada pintura de dudoso color celeste, recupera su humilde pero grata posición en aquel espacio usurpado que le pertenece por derecho. También volvieron mis limoneros, el ciruelo que hacía sombra y del que caían intimidantes gusanos de seda verdes, el exiguo patio de cemento resquebrajado y el de tierra, laboriosamente apisonado sólo por el uso. Todo está aquí otra vez como antes, frente a mis ojos cerrados. “La época aquella, cuando éramos pobres pero felices” suele añorar mi madre, y la comprendo.
Repentinamente, sobre el patio de tierra, distingo al chico que me mira. Flaco, el pelo muy negro revuelto, la ropa sucia de pasto, los ojos brillosos de expectativas que en veinte años ya no brillarán de esa forma. Me reconozco en el acto. Son mis lejanos, irrecuperables siete años, montando una escoba vieja y blandiendo una rama de paraíso pelada a modo de sable. Recuerdo enseguida la capa, el pañuelo para la cabeza de mi mamá, que ya hace añares no se usa. ¿En qué olvidado rincón del tiempo está todo eso? Quisiera volver. Abro los ojos rápido, estaba como dormido, ¡qué pavote! Azoto a mi caballo y con la espada en alto, como El Zorro, cabalgo a toda velocidad hacia el alambrado y después a la calle que a esta hora está desierta. En el camino me olvido de la extraña y pasajera visión que tuve de ese hombre mirándome con cara triste.


de Klaus miembro del Grupo Letra Universal.

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