(Zaragoza, 1864 - Madrid 1927). Filólogo y novelista. Estudioso de las lenguas clásicas, ingresó en la Compañía de Jesús y formó parte de su clero seglar. Fue catedrático de Latín y Castellano en el Instituto de Palencia, y de Latín en la Universidad de Madrid. Su labor filológica y erudita es una de las más copiosas de la historia. El origen de las lenguas, la evolución de los diferentes dialectos, la gramática y métodos prácticos de aprendizaje, vocabularios históricos, estudios de toponimia e inscripciones, antologías poéticas y la historia de la literatura fueron sus principales centros de interés en una tarea tan vasta como, con frecuencia, precipitada. Colaboró en los principales periódicos del país, destacando sus crónicas sobre el lenguaje en El Imparcial y la exposición de sus fundamentos teóricos en La España Moderna.
Como lingüista siguió de cerca los métodos histórico-comparativos de Müller. Citando a Grimm y Bopp, Julio Cejador hablaba de las transformaciones del significado y el sonido de las palabras en cada una de las épocas históricas, para defender el estudio de estructuras, entronque, leyes fonéticas y dar con lo que consideraba meta última: el origen del lenguaje. En sus tesis nombra a Humboldt, Scheicher y los neogramáticos, pero no abordó problemas de erudición científica, y le falta rigor, como demuestra la ausencia de nombres tan importantes en la época como los de Sievers, Rousselot o Roudet. En El lenguaje (seis tomos) trata de desvelar cuál de ellos fue el primero: defiende que fue el euskera, aunque la afirmación no pudo mantenerse ni en su tiempo.
La extraordinaria dedicación de Cejador al estudio de la palabra le llevó a la elaboración de prolijos diccionarios cuyos exponentes más destacados son el Tesoro de la lengua castellana, Gramática y diccionario de la lengua castellana en el Ingenioso Hidalgo D. Quijote de la Mancha, La lengua de Cervantes y Vocabulario medieval castellano. Es autor, a la vez, de una Gramática griega y de un Nuevo método teórico práctico para aprender la lengua latina; estudió la Toponimia hispánica, y escribió Tierra y alma de España e Iberia: alfabeto e inscripciones ibéricas.
Su interés por la literatura castellana se tradujo en las ediciones de clásicos como el Arcipreste de Hita, La Celestina, Lazarillo, Guzmán de Alfarache; en la antología La verdadera poesía castellana (seis volúmenes) y en la ambiciosa Historia de la lengua y la literatura castellana (14 vols.). Preocupado por el estado de la lengua castellana en Hispanoamérica, teorizó frecuentemente sobre la necesidad de los usos casticistas en el continente. Y conocedor de aquellos gramáticos y escritores, pudo publicar el extenso Epistolario de escritores hispanoamericanos. Julio Cejador cultivó también la literatura de creación: destacan sus novelas Oro y Oropel, Mirando a Loyola y Trazas de amor. Publicó unos Recuerdos de mi vida.
Fuente: Gran Enciclopedia Aragonesa
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