Blanca, pura,
cayó entre pensamientos
de mi jardín sediento
de pasión y locura,
y con su cruel hermosura
sedujo a gentuza mucha,
que se lanzaron en lucha
por poseer su frescura.
Una estrella destellante
llegó tan sumisa hasta mi,
y me entregó cual rubí
su alma roja impactante
que me eligió en un instante
entre tanta gente impura
que buscaba la hermosura
de su blancura radiante.
Y mi jardín tan cuidado
fue debastado por esa gente
que con su maldad consciente
buscaban desenfrenados,
vengarse, desconsolados,
de quien se quedó con ella,
la frágil y pura estrella
que cayó un día a mi lado.
Pero yo no era capáz
de pensar remotamente
que ni toda aquella gente
podría hacerme sufrir más
que aquella inocente audáz
que así como llegó un día,
se marchó una noche fría
y me enteré, era fugáz.
de José Acuña
Uruguay
Edad: 29 años
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