José Cadalso y Vázquez (Cádiz, 1741-1782). Poeta y autor de sátiras. Fue, con Jovellanos, una de las figuras literarias más importantes del siglo XVIII, heredero del desengaño de Quevedo y Gracián. Estudió en el colegio de los jesuitas en Cádiz y aprendió inglés, francés, alemán e italiano en sus frecuentes viajes por Europa. Regresó a Madrid en 1758. Combatió en la campaña portuguesa de 1762 y fue nombrado caballero de Santiago en 1766; en ese mismo año conoció a Jovellanos. Se exilió en 1768 por ser el supuesto autor de un manuscrito que ofendía el honor de varias damas de la corte: el Calendario manual. Durante los dos años siguientes escribió en su destierro de Aragón los poemas reunidos en Ocios de mi juventud (Salamanca, 1773), los mejores del libro fueron escritos en honor de «Filis», la actriz María Ignacia Ibáñez, que representó el personaje de doña Ava en la tragedia de Cadalso Don Sancho García en enero de 1771. Cadalso amó a la Ibáñez hasta su muerte en abril de 1771. Durante el año siguiente acudió puntualmente a la tertulia de la Fonda de San Sebastián en Madrid y publicó Los eruditos a la violeta y el Suplemento, sátira sobre la falsa sabiduría de los pedantes, que sin siquiera saber leer y sin estudiar mínimamente quieren opinar de todo y lo hacen con pretensiones. El libro se estructura a partir de unas «lecciones» de poesía, filosofía, leyes, matemáticas y otros temas. El gran éxito de la sátira lo llevó a escribir Un buen militar a la violeta (1790). Pasó parte de los años 1773-1774 en Salamanca, donde conoció a Juan Meléndez Valdés. En ese lapso escribió sus mejores libros, Cartas marruecas (1793) y Noches lúgubres (1798), que aparecieron por entregas en el Correo de Madrid (1789-1790). Fue ascendido a coronel en 1782 y quince días después murió en el sitio de Gibraltar. La historia amorosa de Cadalso, su activo patriotismo, su atrevimiento crítico frente a las instituciones hipócritas lo hacen una figura imprescindible del prerromanticismo español.
Cartas marruecas: Libro en forma epistolar de José Cadalso y Vázquez de 1774. Fue publicado por entregas en El Correo de Madrid en 1789 y en forma de libro en 1793. Tres corresponsales ficticios intercambian una correspondencia: Gazel, árabe que llega a España como miembro de la misión diplomática de su país; Nuño Núñez, español, cristiano y amigo de Gazel; y Ben Beley, viejo sabio moro, amigo del primero. Se ha perdido el manuscrito del libro. En él se trata de la situación de España y de los españoles, pero Cadalso, prudente con la censura, evita tratar dos temas centrales: la religión y la política. Sin embargo, describe la corrupción de los políticos y el nepotismo, elogia el patriotismo y a los Borbones, al mismo tiempo que ataca a los Habsburgo por tomar más en cuenta sus ambiciones personales que el bienestar de la nación. Defiende la institución del matrimonio y de la familia y fulmina a los malos traductores y a todos aquellos que desconocen el uso correcto de su lengua; ataca también, por crueles, las corridas de toros y en otro nivel, la institución hereditaria que lega a hombre incapaces las mayores riquezas de la clase social, basándose en una nobleza escrita en el papel, pero no refrendada ya por ningún hecho sobresaliente. La forma epistolar de la obra de Cadalso procede de las Lettres persanes de Montesquieu (1721) y de las Chinese letters, de Goldsmith (1760-1761), que a su vez surgieron de L'espion du gran seigneur de Giovanni Paolo Marana (París, 1684-1686). Cadalso, en cambio, modifica totalmente el contenido y utiliza la carta de una manera renovadora y original
Noches lúgubres: obra en forma de diálogo de José Cadalso Vázquez, escrita o a finales de 1772 o a principios de 1773, y aparecida por entregas en el Correo de Madrid (o de Ciegos) entre diciembre de 1789 y 1790. J. A. Tamayo señaló una edición genuina en una Miscelánea erudita de piezas escogidas (Alcalá, 1792). En 1798, y en Barcelona apareció la primera impresión en volumen independiente (aunque al lado de su tragedia Don Sancho García). Obra oscura, impregnada de pesimismo y presagios, no es de extraña que siguiera la moda de los Nights thoughts (1742-1745) de Edward Young (1683-1765). Los dos personajes principales de la obra son Tediato (un joven rico) y Lorenzo (un pobre sepulturero), que reflexionan sobre la naturaleza del hombre, la fortuna, la justicia, la razón, el amor y el suicidio. Tediato intenta desenterrar a su amada muerta; pero el anuncio del amanecer obstaculiza la tarea. En la segunda noche, y a la espera del sepulturero, Tediato es por error detenido. En la última noche los dos protagonistas vuelven a su misión fúnebre. El ambiente nocturno, el estilo poético, la suspensión y el contraste entre los dos personajes suscitaron el interés de los románticos. La obra, que ha sido editada por Nigel Glendinning (1961), parece incompleta (la acción queda interrumpida en la tercera noche). Aunque cabe remitir a ese estado al original, han de declararse espúreas las adiciones posteriores.
Datos extraídos de:
Philip Ward (ed.), Diccionario Oxford de literatura española e hispanoamericana, Barcelona, Crítica, 1984, p. 125
José Cadalso y Vázquez (Cádiz, 1741-Gibraltar, 1782). Hijo de un comerciante rico, fue alumno de los jesuitas en París y Madrid y realizó el Grand Tour indispensable en la época como complemento de la educación escolar. Militar de carrera, alcanzó el grado de coronel poco antes de su muerte en sitio de Gibraltar en el año indicado. Mantuvo amores con la actriz Ignacia Ibáñez (m. 1771), y fue amigo de Nicolás Fernández de Moratín y contertulio de la Fonda de San Sebastián. Destinado a Salamanca en 1773, se relacionó allí con Meléndez Valdés y otros componentes de la llamada «Escuela salmantina» hasta su marcha de la ciudad al año siguiente. Usó los pesudónimo de «Dalmiro», «Juan del Valle», y «José Vázquez». Ha sido, como Larra, un símbolo utilizado en las polémicas contemporáneas acerca de la decadencia y regeneración de España; y es considerado uno de los introductores en este país del espíritu romántico, hoy datado en el último tercio del siglo XVIII, por sus Noches lúgubres, fundamentalmente.
Dejó textos autobiográficos y un epistolario con escritores de su época. Pubicó en 1773 un volumen de poemas titulado Ocios de mi juventud, que oscila de lo rococó a lo apasionado. En 1768 compuso una sátira titulada Kalendario manual y Guía de forasteros en Chipre para el Carnaval del año de 1768 y otros, que corrió manuscrita. Otras incursiones en el género fueros Los eruditos a la violeta o Curso completo de todas las ciencias..., el Suplemento al papel intitulado «Los eruditos a la violeta»... y El buen militar a la violeta...; las dos primeras impresas en 1772, y la tercera aparecida en Sevilla en 1790. El propósito de Cadalso fue ridiculizar, en forma de supuestas enseñanzas gracias a las cuales pudiera adquirirse un barniz de cultura para la conversación en los salones, la moda que valoraba la divulgación de los conocimientos eruditos y de las ciencias exactas y de la naturaleza.
En las Cartas marruecas (aparecidas en el Correo de Madrid, 1788-9, y por primera vez en volumen, en 1793), Cadalso finge el intercambio epistolar entre dos marroquíes y un español, lo que sirve de marco literario para la crítica mediante la figura del supuesto viajero que ve España desde el sentido común y el relativismo que proporciona el contraste de culturas. Los principales temas tratados son la evolución de la historia española, el carácter de los españoles y la vida colectiva y la política interior del país. Existe polémica acerca de la influencia en la obra de Montesquieu y Goldsmith, y sobre el alcance de la ideología de Cadalso en el ámbito de las limitaciones de la Ilustración española.
La obra más famosa de Cadalso es las Noches lúgubres. Aparecieron, en 1789-90, en el Correo de Madrid, antes de finalizar el siglo XVIII tuvieron otras dos ediciones (1792 y 1798); constituyeron uno de los grandes éxitos editoriales del siglo XIX, y fueron adicionadas, imitadas y convertidas en pliegos de cordel. Se trata de una manifestación española de la corriente, muy nutrida en su época, de los temas lúgubres de la noche y los sepulcros como base de una reflexión desesperanzada y melancólica sobre la condición humana, y no es necesario suponerle una influencia de los Nights thoughts de Edward Young. Las Noches representen una importante aportación al nacimiento romanticismo español, y dieron pie, extralimitando lo que puedan tener de autobiográfico a la leyenda de Cadalso profanador, por enajenación amorosa, del cadáver de la Ibáñez.
Escribió Cadalso, al parecer, una tragedia titulada La Numantina, hoy perdida. Por tal se tuvo siempre Solaya o los circasianos, hasta que F. Aguilar Piñal la descubrió y publicó en 1982. La única obra dramática que Cadalso logró estrenar (en 1771) fue la tragedia Don Sancho García, impresa el mismo año por Ibarra. La crítica ha considerado desafortunada la producción dramática de Cadalso en cuanto al desarrollo argumental y la versificación.
Guillermo Carnero.
Datos extraídos de:
Ricardo Gullón (dir.), Diccionario de Literatura española e hispanoamericana, Madrid, Alianza, 1993, pp. 238-239.
Fuente: Cervantes Virtual
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