Esta tarde volveré a la iglesia
a llevarle a Jesus flores marchitas,
a rezar por el descanso de tu alma
y a implorarle perdón para la mía.
¿ Fue el destino que el hambre y la pobreza
me arrebataran de aquel mar de arrogancia ?
¿ O solo fue tal vez descuido mio
por creerme navegando en la abundancia ?
Lo cierto es que jamás pensé en el pobre,
atento siempre a mi rutina diaria
olvide que también hay otros hombres
esperando comer cada mañana.
Cuando enfermaste, por ver tanta miseria,
postrándote en ese humilde lecho,
recién entonces comprendí el pecado
y trate de rehacer lo ya deshecho.
Pero el tiempo, que rara vez perdona,
me nego oportunidad a su indulgencia,
te vi morir agonizando lentamente,
desesperado y sumido en mi impotencia.
Hoy se cumplen dos años de tu muerte
y como siempre con Jesus tengo una cita,
bien sabe que mi jardín es pobre,
que solo brotan de él flores marchitas.
Rodolfo Venturini
Argentina
65 años
1 comentario:
muy hermoso, contundente y profundo. Me encanta!
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