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Zaldumbide

Zaldumbide, Julio. Quito,1833-1887; después de sus estudios de primaria se gradúa de maestro. Ingresa a estudiar jurisprudencia pero cambia su carrera por la de literatura. Conoce a Juan León Mera y hace amistad con Juan Montalvo. En 1865 es diputado; Publica un folleto contra el gobierno de Gabriel García Moreno. En Colombia, años más tarde es el encargado de negocios ecuatoriano.

Rodeó a su casa un largo prestigio familiar. Entre sus antecesores se contaron personas de algún relieve históri­co, que se interesaron en la eficiente organi­zación del país emancipado. Cursó estudios de Derecho, pero no se graduó en ellos. Le re­clamaban otros reinos intelectuales más afi­nes con su sensibilidad. Especialmente el de las lenguas (antiguas y modernas) y el de las creaciones literarias, tanto clásicas como ro­mánticas. Traductor, poeta, ensayista y suscitador de cultura, eso era él principalmente. A su hogar, abundante de libros, acudían los jó­venes que aspiraban a tomar sitio en la histo­ria de las letras ecuatorianas. Entre tales jóve­nes figuraron Juan Montalvo y Juan León Me­ra, cuya importancia se ha extendido tanto. Los dos, entre sí divergentes en muchos as­pectos, pudieron no obstante conciliar ideas y maneras de sentir con Zaldumbide, espíritu de veras ecléctico...

Aparte de la devoción esté­tica, poseían en común el credo del liberalis­mo y el aborrecimiento a la dictadura de Gar­cía Moreno. La alianza de Mera y Zaldumbi­de fue, en cambio, de puro carácter literario. Los dos sentían la misma necesidad de reco­mendar el marco de lo nacional -buenos ro­mánticos- como el más apropiado para el ejercicio de las letras... Zaldumbide no pu­blicó ningún libro durante toda su vida..., careció de vanidades literarias... Entre las cosas dis­persas que hizo circular, quizás únicamente se empeñó en la edición de su folleto "El Con­greso, don Gabriel García Moreno y la Repú­blica" (1865), de condenación política, y al que se refirió Montalvo poco más tarde, en su célebre obra "El Cosmopolita"...

Zaldumbide: hom­bre público, que lo fue de manera intachable. Tuvo representaciones parlamentarias. Fue Ministro de Educación. Intervino como candi­dato a la Presidencia de la República en unas lecciones que se frustraron por un movimiento subversivo... Murió a los 55 años de edad sin haber cono­cido otros horizontes que los de su patria. La crítica ecuatoriana recuerda que la primera composición que dio a conocer Zal­dumbide fue su "Canto a la Música", antes de haber cumplido sus veinte años... se ve en esos versos el afán de afinar el estilo, de pro­bar el buen gusto y el celo de la forma... A través de temas diversos: elegiacos, amorosos, filo­sóficos y descriptivos.

Como en varios de los autores del Ecuador y de otros países de His­panoamérica, en él siguieron ejerciendo po­der las exigencias de corrección de los clási­cos. Es decir que romanticismo y clasicismo hicieron alianza en sus creaciones poéticas. Entre los clásicos, prefirió a los españoles de la época de oro, especialmente a Fray Luis de León y Garcilaso de la Vega. En cambio entre los románticos no se avino con la influencia de España, sino con la múltiple de Europa.

Una muestra de la presencia de Fray Luis en los versos de Zaldumbide es la que se halla, por el tema, por la emoción, por los sí­miles, en su canto "A la soledad del campo". Eso es evidente. El gusto garcilasista, y sobre todo su acompasado donaire, se encuentran asimismo en varias de sus otras composicio­nes eglógicas. Pero Julio Zaldumbide no fue únicamente un romántico arrebatado por las delicias de la naturaleza. Algunos de sus con­temporáneos le conocían más bien como el "poeta filósofo". Se debió eso a cierta inquie­tud intelectual por los enigmas de ultravida. La expresó especialmente en los seis cantos ti­tulados "La Eternidad de la Vida". Se pregun­tó si los intensos afectos del alma terrenal per­sistirán en el más allá, y movido por su fe cris­tiana supo consolarse con una respuesta afirmativa.


Fuente: Galo René Pérez, Literatura del Ecuador 400 años –crítica y selecciones-, ediciones Abya-Yala, Quito-Ecuador, 2001.


Lectura recomendada. Poesías.

A las flores
El llanto
En tempestad sin tregua de bonanza
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