Prole gentil del céfiro y la aurora,
nacida con el don de la belleza;
gracias con que la gran naturaleza
ríe, y su augusta majestad decora.
La luz del sol, que el universo dora,
no tanto de su frente en la grandeza,
cuanto en vosotras linda se adereza,
y con matiz más gayo se colora.
En el campo del éter las estrellas
son flores celestiales, y en el suelo
vosotras sois estrellas de colores.
Tan puras sois, en fin, al par que bellas,
que pienso que del mundo el claro cielo
no tiene cosas más... que alma y flores.
de Julio Zaldumbide
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