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Ovni

El capitán del guardacostas estaba atónito: tenía ante sí a un individuo por demás estrafalario, una especie de Robinson Crusoe resucitado. Calvo, más que calvo no tenía un solo pelo en el rostro, ni en las partes visibles de su cuerpo. Vestía una especie de pantalón corto, de piel animal, unos mocasines y una alforja de la misma piel. Estaba requemado por el sol, muy delgado, fibroso, de unos 50 años. Al subir a la nave exclamó en inglés "Gracias a Dios, por fin" y casi sin pausa "Tiene coca cola?".

La tripulación le acosó con preguntas y ofrecimientos, tan asombrados como su capitán por la presencia de tan extraño sujeto. Sólo dijo llamarse José Viera y que luego, más tranquilo, daría detalles de su aventura. Aceptó con placer el vaso de gaseosa y la ropa que le ofrecieron y, después de bañarse, se tendió con un suspiro en el catre que un marinero le cediera.

Más tarde el capitán le llamó a su cabina. "Sr. Viera, si Ud. está dispuesto, debo hacerle algunas preguntas para el informe. Además tengo gran interés en saber cómo llegó hasta aquí, hemos revisado toda la isla sin encontrar restos ni objeto alguno ajeno a ella. Si fuera tan amable...".
Viera lo miró fijamente unos segundos. "Creo que puedo confiar en Ud., su aspecto es honrado. Capitán, necesito la reserva más absoluta de cuanto voy a decirle, es vital para mí que no se divulgue. Tiene un grabador común?. Quiero un testimonio de cuanto aquí se diga, tal vez me sea útil en algún momento...". Ya provistos del equipo: "Le ruego indique quién es Ud., la embarcación, la isla y los detalles del rescate. Cuando guste". El capitán, tan intrigado como paciente, complació a nuestro hombre: "Soy Walter Albelo, capitán del guardacostas 'Melián', de la República de Menoloa. Se me ordenó dirigirme al islote número 23 del grupo de las Nereidas, para investigar la posible presencia de náufragos, ya que un avión civil detectó un 'SOS' en la playa oeste, hecho al parecer con piedras oscuras. El 27 de Julio de 1994 a las 1600 horas, atracamos en el lugar, donde hallamos un hombre blanco, de unos 50 años, solo y aparentemente sano. Recorrido el islote, no se halló rastro de otras personas ni restos de un posible accidente, sólo se encontraron unas construcciones precarias hechas con materiales del lugar. Es todo cuanto puedo decir por el momento".

"Bien, ahora sabrá, Sr. Albelo, el por qué de la reserva. Grabaré... Mi nombre es José Viera, soy argentino y hace algo más de dos años fuí raptado por un OVNI".

"El 5 de Marzo de 1992, avanzada la noche, me desperté sin motivo aparente. Entre las varillas de la cortina se filtraba una luz blanquecina que variaba lentamente de brillo, como si la fuente de la misma girara. Intrigado, me llegué hasta la ventana e intenté ver, a través de las ranuras, el origen de esa extraña luz. Sólo pude apreciar que provenía del terreno baldío lindante con nuestra casa, separado de ésta por una pared de metro y medio de altura. Procurando no despertar a mi esposa, me calcé, salí afuera y en dos pasos estuve junto a la pared. Debí sorprenderme, despertar a todos, buscar una cámara fotográfica... pero no, me quedé mirando tranquilamente el OVNI que estaba posado -o flotando- a pocos metros de mí. Tendría unos seis metros de diámetro y tres de altura, con el aspecto de una esfera achatada. La luz provenía del diámetro mayor, que ondulaba lentamente, generando la luz que más parecía fosforescencia, suficientemente intensa para ver el entorno. El aparato se veía liso, pulido, sin saliente ni marca alguna y estaba rodeado por un reflejo azulado que no permitía apreciar su color. Aparentemente no emitía sonido alguno y -cosa extraña- no alarmó a los perros del lugar. Largo rato estuve observándolo con toda calma, hasta que, en un impulso inexplicable, salté la pared y fuí directo hacia él. Cuando estaba a dos pasos apareció una superficie oscura frente a mí, como si se hubiera abierto una puerta. Sin dudar seguí avanzando, hasta que una luz intensa me obligó a detenerme y cerrar los ojos. A partir de ese momento, cero, recuperé la conciencia en la playa oeste de la isla, desnudo en un tibio amanecer...".

Cortó el grabador. "Por Dios, Sr. Viera, es insólito, resulta increíble...". "Capitán, ES increíble, y agregue que antes de subir a la nave tenía pelo como cualquiera y al llegar aquí estaba como me veo ahora. Sume que las manchas, lunares y cicatrices que tenía han desaparecido y que mi salud es excelente, pese a las penurias que he pasado. Comprenderá por qué no quiero que esto se conozca: si me creen, tendré detrás un ejército de médicos y científicos con pruebas de todo tipo y -lo más temible- la casi segura intervención de alguna fuerza armada u organismo de seguridad que me quite del medio, ya sea para investigarme o directamente para eliminarme.
Si no me creen...tal vez sólo deba soportar las molestias del periodismo y algunos fanáticos, pero me temo que, aunque adorne la aventura, alguien dudará y pasaré el resto de mi vida entre la sospecha y el miedo. Por esto le ruego que, para todos, el Sr. Viera ha perdido la memoria y no sabe como llegó hasta aquí. Ayudará si agrega que parezco estar algo 'alterado', a los locos rara vez se les cree... y no son noticia".

"Bien, Sr. Viera, así lo haré, tal vez sus temores sean justificados y no tengo intención de perjudicarlo... pero hay una condición: mientras navegamos me contará cada detalle de su vida en la isla, esta historia le encantará a mis hijos, aunque no la crean...".-


de Ernesto Claudio Villegas
Argentina
Edad: 70 años

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