-¿Qué te parece Julian? -Me preguntó Kate a bocajarro.
-Pues nada, ya lo sabes... Creo que es simpático, divertido, atractivo...
-¡Venga, admite que te sigue gustando!
No era verdad, ya no sentía nada por él. No sé porqué algunas amigas mías seguían pensándolo, después de todo, lo nuestro ya pasó, y ni siquiera podía decir que hubiera durado o que pareciera que hacíamos una buena pareja. Sólo estuvimos juntos un par de meses, aunque admito que a mí me gustaba desde antes. Pero, simplemente, no funcionó. Al menos para mí: él dice que acabó enamorado... Yo siempre pensé que exageraba, es cierto que éramos muy buenos amigos y nos conocíamos mucho, pero aun así, como pareja estuvimos muy poco tiempo. De todas formas, habían pasado unos cuatro años y medio. Es cierto que el amor puede ser para siempre, pero que te guste alguien, no.
Aunque ésta chavala tenía otras razones para creer, o querer, que a mi me gustaba Julian. Ella estaba saliendo con Marcos, el hermano pequeño de éste, y se llevaba fatal con la nueva novia del hermano. Ellos intentaban que entraran en razón, pero era casi una misión imposible: se habían odiado desde siempre. Las dos eran muy populares en el instituto: atractivas, pijitas, con caracter y algo creidas. Todo el mundo las conocía y sabía que se llevaban como el perro y el gato. Pero pocos sabíamos que en el colegio eran las mejores amigas del mundo, hasta que Emily se ligó al novio de Kate y ésta no se lo perdonó. Es cierto que hay cosas que no se hacen, pero por aquel entonces tendrían sobre once años...
-Jajaja, lo siento, pero no, tía. Además, él está con Kate. ¿Qué más da?
-¡Vamos, sabes que volvería contigo sin dudarlo! -Aseguró mi amiga.
-Pues yo sí que lo dudo, pero de todas formas, no tengo ningún interés.
-¿Cómo estás tan segura? Te parece guapo y os llevais muy bien...
-Claro, porque somos amigos. Pero no me encanta su sonrisa, ni me pierdo en su mirada sin poder evitarlo, ni pongo videos suyos porque necesite escuchar su voz, ni siquiera adoro como dice mi nombre.
-¿Y esas son las cosas que demuestran que te gusta alguien?
-Sí. O tonterías como que te encante que sepa el abecedario al revés, jajaja.
-No creo que nadie se haya molestado en aprenderlo... -Intervino Henar.
Crucé la mirada con Claudia. Ella se sabía el abecedario al revés y una vez me lo recitó, básicamente porque no la creí cuando me lo dijo. ¿A ninguna más se lo había contado? ¿Y no pensaba decirlo? ¿Por qué? Quizás había leido en mi mirada lo que yo estaba pensando, y había supuesto que todo lo que dije anteriormente era por ella. O puede ser que ya lo supusiera de antes y esto sólo haya sido otra pequeña confirmación. En realidad, me daba igual. A mí mis sentimientos me parecían lo suficiente obvios por sí solos. Casi tanto como que tenía la sonrisa más encantadora del mundo...
de Carmen Campos Bordons
País de origen: España
Edad: 19 años
Página web creada por su participación en Letra Universal
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