Después de comprobar que esta vez estaba irremediablemente muerto y no como en las otras en que siempre lo desilusionaba oír una voz decir:
“Miren, miren, ya abrió los ojos”. Se sentó sobre su cadáver y comenzó a meditar: “Así que dentro de cincuenta años los amantes, entre risas, se mostraran las plantas de sus pies antes de tener relaciones sexuales y al final se convertirá en una reliquia más del amor. ¿Pero y nosotros que aun estamos vivos?” Se levantó de golpe. “¿Vivo?” Una sonrisa iluminó su rostro transparente, por un momento olvidó lo que acababa de hacer. Tomó la botella de alcohol que aun reposaba al lado de su muerto y trató de beber el fondo, pero las gotas le atravesaron el rostro y cayeron al suelo. Entonces con emocionado lanzó el recipiente al mar y miró su cadáver con desprecio. “Siempre supe que ibas a morir,” comenzó a decirle “pero nunca imaginé que en tales condiciones; me has traicionado y por eso te asesiné. Nunca pude soportar tu rostro; cada vez que te veía en el espejo me daban ganas de arrancarme la piel. Del cuerpo ni hablar, me quedaba chico e incomodo; no podía moverme porque con esos huesos afilados corría el riesgo de herirme. !Ah! y las canillas, bien sabes que pasaba todo el tiempo ejercitándolas y jamás engordaron, solo lo hacías de la cintura para arriba. Tampoco olvidaré lo dolores que me causaste por tu andar pesado y anormal, arremetiéndote contra todo objeto duro o afilado que encontrabas... Te odio” y diciendo esto comenzó a patearlo desenfrenadamente. El tatuaje de un círculo rojo en la planta del pie de pronto lo contuvo. ”Vez” gritó hinchado de arterias “He ahí la muestra de tu traición. Como decían los doctores: “La única manera de combatir el virus es marcando a los infestados en la planta del pie y así podrán andar sin sentir vergüenza, pero el mundo sabrá las nuevas y entonces antes de unos desconocidos ir a la cama se mostraran las plantas de los pies. Al principio será embarazoso, pero luego le tomaran el gusto. Claro, todos se harán análisis una vez por mes durante un año y así podremos detectar a los enfermos. Es un método perfecto y barato. !Que salvajismo! Si supieran que al fin escape y ya no necesito de ellos, ni de sus inútiles medicamentos. Que esto del tatuaje es una estupidez, pues dentro de algunos años los hippies o cualquier otro grupo antisocial se harán por diversión el mismo tatuaje y al final no se sabrá quien es quien. ¿Y cuando aparezcan otras enfermedades que no puedan encontrarle cura cual será el nuevo signo? ¿Un triángulo o un cuadrado? ¿Y si alguien tiene todas las enfermedades? imagino que sus pies parecerán un libro de geometría o un jeroglífico? Por suerte ya no tengo que preocuparme, estoy a salvo, ahora el embarcado eres tú, que te quedas con todas las impurezas. Soy libre, puedo ir a donde quiera sin cargar con tu presencia. Comenzaré de nuevo porque me espera una nueva vida, pero en cambio a ti… Al final, las obras quedan las gentes se van, unos nacen otro morirán. La vida sigue igual“. Cantaba alegre mientras se alejaba. Ya a unos veinte pasos del muerto se sintió atraído por este. “De nuevo no”. Gritó desesperado. La atracción de un golpe lo tumbó al suelo y comenzó a arrastrarlo por los pies hacia el cadáver. Sus manos al tratar de aferrarse dejaban dos surcos en la arena. Ya a solo un metro del muerto, logró atrapar una vieja raíz que aun prendía milagrosamente, pero solo pudo sostenerse por unos cortos segundos, pues la atracción era implacable y lo arrancó fundiéndolo instantáneamente con su cuerpo. Cuando despertó, se encontró sobre una fría camilla de hospital y al instante una voz dijo: “Miren, miren, ya abrió los ojos.
de Ariel Gonzalez
Nacionalidad cubana
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