SENTADA EN LA CÚSPIDE DE LA MONTAÑA MAS ALTA
BAJO UN CIELO AZUL. SI ELLA ESTABA ALLÍ, ABRAZADA A SU TRISTEZA EMPAPADA EN SU ETERNO LLANTO
Y ALLÍ EN MEDIO DE UN RITUAL DE DESPEDIDA, EL SOL OPACABA LENTAMENTE SU BRILLO, COMO DICIENDO ADIÓS EN UNA CRUCIAL DESPEDIDA Y AUNQUE FUERA UNA SIMPLE RUTINA, ELLA CREÍA QUE ALLÍ MORÍA OTRO DÍA Y AUNQUE RESUCITARE UN NUEVO DÍA SU AMOR ALLÍ YACÍA
CON EL VIENTO SE HABÍA ALEJADO, TRAS EL SOL SE ALEJÓ Y CON AQUEL DÍA SU LUZ SE APAGÓ
Y HOY ELLA SIGUE ALLÍ ESPERANDO QUE CON EL NUEVO DÍA SU AMOR VUELVA A BRILLAR.
de MARÍA LAURA LARA
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1 comentario:
Que triste, pobrecita! Me gustó. Besos.
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