Me Cuentan el Infierno

Me cuentan el infierno, me cuesta veinte naipes, esos que no se jugar. Ni me pregunto como se llama aquella esquina a la que la desnudaron de calles y carteles. Tengo cinco pasos que me hacen acordar a ella. Hay un negocio que dice que soy un idiota. Y una estación de servicio que firma autógrafos y se baña con pescados recién sacados del agua, recién entrados al horno. Te grabo una ciudad casi como un tipo que mira todo por primera vez, que descubre que atrás de algo siempre hay algo que estoy dejando afuera. Ese ruido que se escucha cuando freno en el semáforo que cambia de colores y engaña gente maneja ojos. Un cable que va desde el cielo celeste hasta abajo del suelo, se mete por una alcantarilla y sostiene adoquines naranjas de sonrisas, y la tristeza de diez mil doscientos noventa y tres pasajeros de algún colectivo en invierno, las miradas que ni miran mas que el suelo, los cigarrillos que miran delante de esas bocas que se mudan de insultos tan necesarios.

Seudonimo: Mendigo Pretencioso Naranja
Argentina