Efraín Huerta, nació en Silao, Guanajuato, en 1914, murió en la Ciudad de México en 1982. Miembro de la generación de Taller (1938-1941).
Fue periodista profesional, especializado en el comentario cinematográfico. La poesía de Huerta se singulariza por la disensión frente a lo establecido. Contra la contemplación que descubre los matices de lo inolvidable, no acepta más asombro que resolver su protesta con lenguaje frecuentemente "antipoético", mezclado con emoción nunca exenta de ternura. Dentro de esos dos extremos fluctúan sus sentimientos, lo mismo cuando recuerda un deseo perdido que cuando invoca el recinto de la soledad.
ESTRELLA EN ALTO
En el taller del alma maduran los deseos,
crece, fresca y lozana, la ternura,
imitando tu sombra,
inventando tu ausencia
tan honda y sostenida.
Hoy te sueño,
amante:
estrella en alto, huella
de una violeta lenta.
Oscuramente bella la soledad germina en torno de mi cuerpo.
Hoy te sueño, amante:
jugamos a la brisa y al frío.
Tu nombre suena como tibia pureza inimitable.
Y del cielo a la tierra,
de aquella estrella en alto al dulce ruido de tu pecho,
bajan con inefable rapidez
y como espuma roja
apresurados besos,
recios besos,
crueles besos de hielo en mi memoria.
Un grito de agonía, una blasfemia
vuelve grises tus senos,
y mi sueño,
y esa noble fragancia de tu sexo.
¿Qué esperamos, hermana,
de esta reciente aurora
que nos fatiga tanto?
Mira la estrella,
es blanca, no es azul.
Mírala, y que tus ojos perduren como rosas perfectas.
Más poemas para leer:
Esa sangre
Eunice
No hay comentarios:
Publicar un comentario