Vuelve a mí la caricia de tus ojos!
Mi corazón, que estremeció el deseo,
arderá como incienso en tu mirada…
¡Vuelve a mí la caricia de tus ojos!
A mí noche, poblada de visiones,
la alegría auroral de tu mirada…
Desfallezca mi espíritu en tus ojos,
gozosamente, luminosamente,
al infinito amor de tu mirada…
El argentino timbre de tu risa,
armonioso sueño mío, llene
de lírica armonía mis oídos.
De lírica armonía, como el canto
del ruiseñor, la selva dolorosa
donde caen las hojas como lágrimas…
Ciña mi cuello el lazo de tus brazos,
llamaradas ebúrneas, desprendidas
de la amorosa hoguera de tu cuerpo.
Desvanézcase el sueño de mi vida
en el sueño de fuego de tus ojos,
en el sueño de mármol de tus brazos…
de Ricardo Jaimes Freyre
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