Era el momento previo a la tarde,
cuando ya ni los autos respiran vapor
y se disuelven para siempre las horas del día.
El hambre y las circunstancias cruzaron nuestras vidas,
mas no fuimos al principio sino sombras desconocidas
historias de mundo y de familias sin contacto.
Fuiste tú quien derribó silencio y distancia
y tal vez esas primeras palabras nada importan,
solo el diálogo como hecho real e impuesto
perdura y es esencia pura, recuerdo e intercambio.
Sin saludo y asesinando posibles trascendencias
abandonaste tu mesa de alcohol y soledades,
pero ya tu rostro me llevó a estas palabras,
como si las arrugas de la piel merecieran un verso
que las guarde con respeto en la memoria del universo.
Transitó tu voluntad con entereza cada obstáculo,
cada kilómetro del Norte y del Sur abandonado.
Con tu fábula de comportamiento audaz
encendiste mi pluma contemplativa y autoritaria
transformaste, cual una luz oportuna
la oscuridad etérea de mi pensamiento.
Pero el tiempo te convirtió en fantasma,
ahora seguirás deambulando por los rincones del planeta
y serás ignorante creador de un cuento,
de esa extraña ficción espontánea que es vivir.
Mi poesía ya no puede abrigarte del viento
serás un hijo que habré perdido para siempre,
y eso, de un extraño y legendario modo,
certifica la esperanza, de una muerte sin olvido.
de Mostach
Argentina
26 años
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