No debería estar aquí

No deberia estar aqui. Es insistente mi tendencia a la autodestrucción. No se que quiero encontrar, probablemente ni siquiera sepa lo que busco.
El pasado me perturba y vuelve por momentos a mi. Vuelve y me envuelve; me envuelve y me estremece de temor.
A veces desearía no recordar o solo poder olvidar.
Todos los rincones están cargados de vastas imágenes, sensaciones y olores que hacen eco en mi, un eco ensordecedor e insoportable.
Sentimientos mezclados me raptan, y mi amor me encuentra entre lágrimas ya secas.
El amor te convierte en tu propio enemigo, te hace sentir inmortal y capaz de matar. Es así como un sismo de vitalidad y muerte.

Yo lo amaba, por eso mi vida fue parte de el, y el, parte de mi vida.

Todo fue entre nosotros, aparentemente, parte de un proceso natural, guiado por lo que llaman destino. Nuestro destino fue encontrarnos y conocernos. Enamorarnos y seguir juntos hasta algún día.
Vinieron asi, días compartidos y otros partidos. Momentos cálidos y fuertes nevadas.
Amar es grandioso, sentirse amado es vital y el equilibrio entre la grandeza y la vitalidad, un desafío.

A veces quisiera encontrarlo nuevamente, permitirle que me conozca, que me encuentre como quien realmente soy y no como fui. Mi personalidad fue desdibujándose al igual que mis sentimientos y mi espontaneidad
Se que no fui yo, ni soy quien el creía. Me perdió por no buscarme y me encontró sin contenidos propios.

En este cuarto alguna vez durmieron nuestros besos, en este cuarto mi piel se estremece y no puedo evitarlo.
Esa noche esta pintada en las paredes e inmortalizada en mi memoria.
Llegó tarde, como llegaban tarde sus abrazos y sus besos a mi. Como se retrasaba su presencia ante mi necesidad de el.
Llegó tarde para planteos y reflexiones. Demasiado tarde para entenderme y encontrarme.
Ese era el día, la desición estaba tomada. Nada ni nadie modificaría algo ya escrito y meditado.
El dolor y él no cabían en mi cama, era demasiado el espacio ocupado por la soledad, necesitaba espacio para volver a ser yo.
Me necesitaba a mi mas que nunca, debería desacerme de el cuanto antes.

Escuchaba entre sábanas que se desvestía, por un momento me traicione pensando en amarlo, pero en segundos tome consciencia del brutal error que podía llegar a cometer. Volví a mi y como siempre simulé estar dormida, vivir dormida una realidad inexistente.
Espere que terminara con el, cosa que extrañamente sucedía, quizá era mas inteligente que yo, pero siempre fue el protagonista de su vida.
Y aprendí , ahora lo hoy soy en la mía, pero ahora y después de él.

Se recosto en la cama, que de pronto se sintío mas grande ya que su cuerpo parecía estar tan lejos del mío como su mente.

Siempre supe que ese sería el mejor momento, se dormía tan rápido que nunca pude decirle cuanto lo quería, solo a veces, en días facilmente marcados.
Una vez segura que se encontraba en sus sueños, que seguramente no coincidían en nada con los míos, me incorporé. Con mucho cuidado tome el arma, sin pensarlo mas que durante meses, disparé.

Algo parecido a un shock se apoderó de mi y una sensación de liviandad me volvió a la vida. Me situó en otro lugar, en otra realidad donde, si mis recuerdos me ayudaban, volvería a ser yo.

Así, tan rápido y tan inolvidablemente desapareció de mi vida, mi vida a su lado paso a ser recuerdo, mi vida paso a tener un muro divisor entre antes y después de el.

Solo cuando entro aqui me silencio, solo cuando recuerdo recuerdos y sueño en volver a encontrarlo como quisiera que hubiese sido.



de Carla Grisel Dapuente
Nacionalidad: Argentina
Edad: 34 años