Comienzo a escribir y como siempre, apareces tú,
en una palabra, en todo el verso, en la imaginación.
Escribo, escribo profusamente y floreces tú,
con el sol en las manos y la luna en tu vientre.
Surges tú, siempre que escribo versos,
explorando mis sueños,
coqueteando con mis delirios,
rompiendo los términos de lo permisible.
Escribo imágenes y símbolos, fundidos en un lenguaje,
que van dando permanencia a nuestra experiencia,
y equilibrando el sueño con la realidad.
No solo escribo de ti, escribo también para ti.
Escribo de la nostalgia como reflujo,
y al escribir promuevo sensaciones y complacencia,
manto piadoso que me cubrirá mientras dure el expresivo silencio de lo escrito
Este oficio de narrar con letras todos mis sentimientos,
ocurre como un acto de comunicación esencial, para conseguir la magia,
para transponer a la escritura la capacidad creadora de la fantasía.
Necesito escribir de ti,
quiero escribir de ti,
y así,
ver la realidad a través de la imaginación,
y así,
con la poesía, imitar los actos cotidianos y sublimes de nuestras vidas.
Autor: Ricardo Enrique Gallego Díaz
61 años
Sancti Spiritus - CUBA
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