Clamor distinto

( 1 )


CUÁNTAS



Cuántas lágrimas hacen falta
para que EL SILENCIO HABLE,
para que el ruido escuche,
para que el sufrimiento pase,
para que EL AMOR DIGA.

Cuántos golpes
para que el mundo sueñe,
para que el aire llame,
para que la prisa mire.

Cuántas noches, cuántos días...
para que haya sitio al íntegro ser
– para lo que sea sólo persona –,
para que el Valor sea.

Cuánto de cuánto, cuánto.


( Noviembre 2007 )


( 2 )


Madrigal



Corazón, tú no vienes de aquél sueño perdido...,
tú no estás para nada aquí o por cualquier cuento,
tú no tienes amor por parecerte al olvido
o a la utopía o al vértigo o al desvanecimiento.

Tú no adoras el ansia del resistirse niño
porque sí, ¡oh jamás! –¡por Dios!–, porque te da igual;
tú no entregas de vuelo a vuelo un ciego cariño
porque es así, desparramándose al... vendaval.

Corazón, tú no sientes por sólo amor al arte
o, por siquiera, porque andas: por esperanzas;
tú palpitas por algo más, y no por amarte,
por algo más te mueves de porque tú avanzas.

De corazón tú no valdrás aquél sueño vano,
tú aun respondes de valor a algo infinito;
me tienes libre bien, como algo más que humano
o como gran inmensidad..., si el mundo palpito.



( 3 )


* * *


Azul, todo es azul – Amor – contigo,
todo: el cielo, la tierra, el mar, el río;
todo: la fe en esplendoroso brío
del corazón; ¡ay!, todo lo que digo.

Y cuando ya te miro..., más te miro
en la palabra a pulso de un cariño
libérrimo – imaginación de un niño –
para que sea el sueño que deliro.

Todo es azul – Amor –: azul camino
por el secreto de tu piel que habito,
azul ya remembranza, azul destino.

Y a alar de luenga encantación de un mito,
desde la gaya estepa que ilumino...,
hasta el circo de Dios del infinito.




de Oswaldo Roses
País: España
Edad: 44


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