En los días de mis días
suceden cosas extrañas;
el pan, la leche y la fruta,
se escaparon de las mesas,
no sé con qué mañas.
El pan, la leche y la fruta,
se disfrazaron de nada
y están roban a mi niños,
el color de sus mejillas
y el brillo de sus miradas.
Pobres mis niños queridos
ya no pueden sonreír;
la angustia quema mi alma,
porque se pueden morir.
A Dios, le pido de rodillas,
que muy pronto se acaben
estas horribles pesadillas;
que mis niños no se mueran
tienen derecho a vivir.
de Esperanza Martinez
Tacna
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