nacido en Santiago en 1895, dedicó casi toda su vida a la poesía y la diplomacia. En su juventud, durante el día efectuaba sus labores en el Tribunal de Cuentas. Durante la noche, se desempeñaba como reportero de El Diario Ilustrado. No obstante, la poesía seguía siendo su motivación más importante. Así, mantenía una estrecha relación poética-comercial con Jorge Hübner, con quien se dedicaba a escribir versos por encargo. Todo marchaba espléndidamente hasta que llegó el día en que su jefe descubrió el "delito", y fue conminado a abandonar las oficinas de inmediato.
Gracias a su amigo Alamiro Huidobro, logró ingresar al Ministerio de Relaciones Exteriores, donde se desempeñó hasta lograr su jubilación a los 67 años. Guzmán Cruchaga comenzó su carrera diplomática en el Consulado de Río Gallegos. De allí saltó a Hong Kong; Oruro; Bahía Blanca; Hull; San Francisco y Salta; Arequipa y Bogotá. Ascendió en el escalafón del Servicio Exterior y fue nombrado encargado de negocios en Caracas, consejero en Buenos Aires y terminó su carrera diplomática como embajador en El Salvador. De estas experiencias quedó memoria en su libro póstumo Recuerdos entreabiertos, compilado y publicado por la Biblioteca Nacional.
Muy joven, comenzó a publicar sus versos en Zig-Zag. A los 19 años publicó Junto al brasero, obra lírica e intimista. En 1919, vio la luz su segunda obra, La mirada inmóvil. En el intertanto dio a conocer su primera obra teatral, La sombra. Posteriormente, y con algunos intervalos aparecieron Chopin, y La princesa que no tenía corazón. Continuó su trabajo poético con Lejana, obra que publicó en Argentina en 1921.
De este período data su famosa "Canción", que tuvo una espléndida acogida, incluso de ella dijo Alone: "¿Qué tiene ese breve poema, sordo, discreto, de ojos bajos, de voz meditativa y tono menor, que abre y cierra en su mínimo espacio un círculo eterno, resonante?".
En 1922 retomó el teatro con El maleficio de la luna y además publicó su libro de poemas La fiesta del corazón. En 1925, publicó una antología con sus mejores versos, Agua de cielo. En los últimos años de su vida publicó, Canción y otros poemas (1950); María Cenicienta o la otra cara del sueño en 1952; y Altasombra en 1958 y Sed en 1978. En 1962 se le otorgó el Premio Nacional de Literatura. En 1978, publicó su último libro, Sed. El poeta murió en Viña del Mar, el 21 de julio de 1979.
Fuente: Memoria Chilena
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