EL DORADO Y EL MERCADER

... aburrido del monótono crecimiento en círculos, de su interior solitario... por culpa de la despedida, decidió, luego de un letargo entre el vacío, despertar y hacer algo por si mismo, por la empresa y por sus karmas... ir a Bogota, había que limpiarla, había que limpiar una parte de su trabajo... tenia que estar solo, tenia que viajar en buses, entre toda una urbe de casi 10 millones de habitantes, que al fin de cuentas, eran también humanos.

8:35 AM, sale el vuelo, el negocio esperaba, los pensares se cruzaban... van y vienen... veces preocupaciones, veces el friíto de pensares destructivos... “¿Que tal si explota el avión en mil pedazos?”. El avión colea hacia los altos, y en el tope del Cielo, el paisaje marciano y sin fondo, cuando el Sol hace su mapa multicolor, entre el valle eterno a unos 15.000 metros de altura, donde no se piensa en nada, tan solo... “¿cómo seria el planeta que refleja las nubes, si fuera el que habita en mi interior?”

Aeropuerto El Dorado, dorado de día y de noche, el mismo que Quesada y otros ladrones, vinieron a bañar con sangre, en el nombre de una Reina, que no fornicó con terratenientes indígenas. Al fin y al cabo, ellos hicieron algo por la indiada... se las comieron y quedaron los maricas y las putas, mestizas, creando una híbrida raza de atrasados, que no halo p’ningún lao.




Entre todos ellos, pase vestido de comerciante, con maletín y todo... oh, Dios mío, esto me recuerda otros aeropuertos y otras inmigraciones, que me juzgan por colombiano, blanco, mestizo y negro, por que lo indio me lo quitaron los del Dorado... Hotel Americana, H. Italia, y, ¿donde el H. Chi-Chen-Itza?, en la Rivera francesa...

Me tiro entre el trafico de seis líneas de buses locos, con millones de ojos desorbitados, por encontrar algo que les distraiga... ¿accidentes automovilísticos?... me traumatiza tanto la idea, que estiro la mano, para que un amarillo, detenga su fábula taxil, y me dé un aventón a un lugar lejano... luego de un puñado de Simón-Bolívares, bajo, y entre el portero de la Institución y la Doc del Laboratorio, se me abre la boca, y comienzo a escupir letras con diferentes sonidos... me alejo, y me veo allá abajo, caracterizado, convincente e inconsciente... y allí, entre la mezcolanza, aplico la formula indicada, de acuerdo a la exigencia, por la empresa, por la Sociedad, ¡por mi!...


Nombre: FERNANDO FLOREZ
País: COLOMBIA
Edad: 35
Página web: ARTE Y LETRAS



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