El pensamiento surge a interrumpirte
y a evocarte.
La noche se asoma lánguida y distante
y es parte de tu universo.
¿O tú eres un universo de sus partes?
Da igual todo es parte de lo mismo
y te pertenece.
Todo es insignificancia que a tu cobija
es magnificencia.
Con tu presencia se descubre lo intangible.
De tu mano la soledad se agiganta
y nos sumerge.
Hay momentos en los que te representan:
La majestuosidad en lo efímero de un beso
o las penumbras insospechadas del alma.
Amor y desamor.
Todo es parte de lo mismo.
El chirrido de un grillo en la mansa nocturnidad.
La lejanía melódica de un tren desde nuestro lecho.
La quietud de los astros en el amplio espejo negro.
Noche... Otra vez la soledad.
Todo es parte de lo mismo.
Todo, absolutamente todo es silencio;
y te pertenece.
de Ezequiel Casali
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